12 de octubre de 2011

EL DIA EN QUE EL PRESBÍTERO LEON PEREIRA FUE TORERO POR UN DÍA

Todas las historias que el cronista plasma en sus escritos son vivencias, pasajes de su vida o situaciones que merecen la descripción o el relato de los hechos. El escritor maneja mas la ficción, cosas que no han ocurrido y que solo han existido en su imaginación. Mis escritos están basados en hechos reales. La crónica que voy a relatarles va de la mano con su título porque se trata de contar la historia en la que en una ocasión, por esas cosas de la vida, el reverendo padre Luis Alfonso león Pereira se convirtió en torero por un día.
Como buen periodista deportivo, me han gustado todos los deportes además desde muy pequeño fui aficionado al arte del toreo. Me considero un torero frustrado y pertenecí a un grupo de amigos, el “negro” Ruiz Rodríguez entre ellos, que nunca pudimos asimilar las enseñanzas del arte de cúchares que nos daban los maletillas Carmelo López “el carmelitano” y el maestro Nando Páez. Sólo aprendimos a cargar los trastos de matar y a hablar con acento español en los paseos por el cortijo sinuano y solo recordamos nuestros nombres, de los matadores que nunca fuimos: “Armandillo De Córdoba” y “Alvarillo De Mocarí”.
“El negro” Ruiz Rodríguez (Armandillo De Córdoba)
Esta historia comienza un verano del 85 cuando a mi oficina, en las instalaciones de Todelar Montería ubicada en la calle 29 al lado de la panadería la mejor, se presenta Juan Mestra “El Pizinga”, picador taurino, acompañado de el matador de toros de Cereté Cristo Valdivieso o como es conocido en el mundo de la tauromaquia, el gran “Pepe Ruiz”. Me extrañé por la visita. Después del saludo me enteré de la intención de aquella: realizar una corrida de toros en la Plaza de toros de Cereté, con un cartel de lujo que incluía a “El Bogotano”, “Bombita” de Méjico y al mismo “Pepe Ruiz”, quien venía de hacer buenas presentaciones en Méjico y la Monumental de Cali. Mi duda era sobre el papel que yo jugaría, duda que resolvieron ofreciéndome el cargo de Socio Industrial; debía aportar entonces la publicidad del evento y repartiríamos las utilidades. Me entusiasmé tanto que de inmediato cerramos el trato. Y así comenzamos una sociedad cuyos pormenores no alcanzamos a contar en estas crónicas porque fueron muchos, solo nos referiremos a los más sobresalientes.
La organización de la corrida arrancó sin contratiempos. Se grabaron cuñas comerciales que empezaron a sonar en las emisoras encendiendo el ambiente taurino. Por la noche las tertulias se organizaban en la misma calle 29, exactamente en el patio de la casa donde hoy funciona “Deportivo Miriam” cuya dueña fue doña Rosita Failache, la abuelita de los conejitos Berrocal, Álvaro y Adolfo; la misma que le decía a Adolfo, su nieto preferido, “Fito León, hijo mío”. El lugar se llamaba “El Gran Escape” con un slogan de gran recordación: “Montería es tu ciudad y el Gran Escape tu lugar”. Su propietaria, una señora jacarandosa y de mucho ambiente, nos organizaba los viernes las reuniones a las que asistían Carlos Becerra, Luz Marina Ayala, Gustavo Cabrales, y Alfredo Zumaqué; conformando un grupo que cantaba boleros, convirtiéndose en un evento diario. El espectáculo era ambientado con los videos de las corridas de Pepe Ruiz (betamax por supuesto).
A mi me preocupaba el no ver el dinero para la organización del evento en Cereté. La publicidad sonaba gracias a un canje con las empresas de licores; los almuerzos los brindaba yo en un restaurante que teníamos también en canje por publicidad. Así que me decidí y le pregunté a “Pizinga”, que era la persona de mas confianza para mi en esto del toro, “DÓNDE ESTÁ LA PLATA PARA LA CORRIDA?” y me contestó:

“VEA VIEJO ALVARO, YO NO LO PUEDO ENGAÑAR A USTED, AQUÍ NO HAY PLATA, ES MAS, NO HAY NI PARA COMRAR LOS TOROS“…



En la próxima aparece el presbítero León Pereira, formula para conseguir los toros y el torero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Este es un espacio para la socialización de opiniones.
Este espacio de comentarios busca crear un debate constructivo y reflexivo, pero no pretende ser generador de ataques al pensamiento contrario.

LO + LEÍDO